El pasado 9 de noviembre, un hecho trágico sacudió a la comunidad de Sutatausa, Cundinamarca. Un menor de 17 años fue detenido tras asesinar a un conductor de bus, identificado como Javier Guzmán. El adolescente abordó el vehículo público en la terminal de transporte y, mientras viajaba por la vereda Ojo de Agua, se levantó de su asiento y disparó tres veces contra el conductor. Las investigaciones apuntan a que este ataque fue deliberado.
La Fiscalía General de la Nación informó que el joven enfrenta cargos de homicidio y porte ilegal de armas. A raíz del asesinato, la empresa de transporte reveló haber recibido amenazas de extorsión, exigiendo un pago de 300 millones de pesos. Según las amenazas, la muerte de Guzmán fue utilizada como una táctica intimidatoria para forzar el pago de “vacunas”.
Tras el asesinato, el adolescente intentó huir hacia Cali, pero fue capturado gracias a un operativo de la Sijín y el Gaula de Cundinamarca. El joven aceptó su responsabilidad ante las autoridades, un giro importante en el desarrollo del caso. El hecho ha dejado a la comunidad de Sutatausa consternada.
El gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, expresó su condena ante el homicidio y prometió que su administración no tolerará actos de violencia como este. Además, anunció que se están reforzando las medidas de seguridad en el departamento, con apoyo del Ejército Nacional y las autoridades locales. La seguridad de los conductores de transporte público es una prioridad.
La muerte de Javier Guzmán ha generado un gran dolor entre sus seres queridos y la comunidad local. La investigación sigue abierta mientras se buscan más detalles sobre los motivos detrás de este asesinato y las posibles conexiones con el crimen organizado en la región.
Por: Laura Mogollón