El papa Francisco expulsó a diez de miembros de alto rango de la congregación ultraconservadora Sodalicio de Vida Cristiana. Varios de ellos son sacerdotes que consintieron y legitimaron un sistema de graves violaciones a los derechos humanos.La decisión se tomó tras evaluar las defensas presentadas en respuesta a las denuncias surgidas durante la ‘Misión Especial’, y en el “escándalo producido por el número y la gravedad de los abusos denunciados por las víctimas”.Estos hechos incluyen abuso físico, con sadismo y violencia, de conciencia, utilizando métodos sectarios para quebrar la voluntad de los subordinados, abuso espiritual y del cargo y de autoridad, con episodios de hackeo de comunicaciones y acoso en el lugar de trabajo, así como encubrimiento de delitos, mala administración de bienes eclesiásticos y mal ejercicio del apostolado del periodismo.Los diez miembros expulsados del Sodalicio de Vida Cristiana son los siguientes:Eduardo Antonio Regal Villa, ex Superior General.José Antonio Eguren Anselmi, arzobispo emérito de Piura.Los ex Superiores Regionales: Rafael Alberto Ismodes Cascón y Erwin Augusto Scheuch Pool.Los ex formadores: Humberto Carlos Del Castillo Drago, Oscar Adolfo Tokumura Tokomura y Daniel Alfonso Cardó Soria.Los ex miembros incorporados: Ricardo Adolfo Trenemann Young y Miguel Arturo Salazar Steiger.El periodista Alejandro Bermúdez Rosell.Sin embargo, Escardó Steck, el primer denunciante de los abusos cometidos, afirmó que la Iglesia Católica está enviando un mensaje equivocado al proteger al Sodalicio y expulsar a algunos de sus miembros para dar la impresión de que se están tomando medidas. Según él, esta acción es simplemente una estrategia de marketing para limpiar la imagen tanto de la Iglesia como del Sodalicio, y no una verdadera búsqueda de justicia.
Por: Zaira Herrera