El Departamento de Educación de EE. UU. confirmó un recorte masivo de personal, afectando al 50% de su plantilla. La medida busca reasignar recursos a estudiantes, padres y maestros.
El Departamento de Educación anunció el despido de, al menos, mil empleados, reduciendo su planta de 4.133 a 2.183 empleados. La decisión responde a un plan de reestructuración gubernamental impulsado por la administración, con el fin de mejorar la eficiencia y optimizar el uso de recursos en el sistema educativo.
Entre los despedidos, 600 empleados optaron por renuncias voluntarias o jubilaciones. De estos, 259 se acogieron al Programa de Renuncia Diferida y 313 al Pago de Incentivo por Separación Voluntaria. A los trabajadores que no accedieron a las opciones, se les otorgará una licencia administrativa hasta el 21 de marzo, con salario y beneficios asegurados hasta el 9 de junio.
La secretaria de Educación, Linda McMahon, señaló que esta medida es un paso clave para fortalecer la excelencia educativa en el país. Sin embargo, la reducción ha sido cuestionada por 20 estados liderados por demócratas, quienes han interpuesto una demanda alegando que el recorte afectará gravemente la operatividad del departamento y la continuidad de los programas educativos.
Los opositores, entre ellos Nueva York, California y Washington, argumentan que la drástica disminución de personal dificultará la gestión de becas, préstamos y otros beneficios, impactando a miles de estudiantes. La administración, por su parte, mantiene su postura de que esta reestructuración es esencial para mejorar la eficiencia del gasto público y garantizar un sistema educativo más ágil y centrado en los beneficiarios.
Este controversial ajuste genera incertidumbre sobre el futuro del Departamento de Educación y sus programas, mientras el debate sobre la optimización del gasto público en el sector educativo continúa en el Congreso y en los tribunales.