Este miércoles, el transporte en Argentina sufrió una paralización total debido a una huelga nacional de 24 horas convocada por los sindicatos del sector. La medida, que incluye trenes, subterráneos, aviones y transporte marítimo, se realiza en rechazo a las políticas de ajuste del presidente Javier Milei y en demanda de mejoras salariales para los trabajadores, quienes aseguran que las políticas de austeridad solo profundizan la desigualdad y precarizan sus empleos.El impacto de la huelga afectó el transporte público de pasajeros y el comercio exterior, pues los barcos de carga en los puertos de granos de Rosario y Bahía Blanca quedaron detenidos. Según la Cámara de Actividades Portuarias y Marítimas, esto representa pérdidas millonarias, particularmente en la exportación de soja y trigo, sectores clave para la economía argentina. El Gobierno, por su parte, ha calificado la protesta como “un boicot al Estado” y calculó las pérdidas en aproximadamente 150 millones de dólares.La respuesta oficial incluyó mensajes en estaciones y aplicaciones móviles, acusando a los líderes sindicales de obstaculizar el trabajo de los argentinos. Sin embargo, los manifestantes no solo se movilizaron en Buenos Aires con cortes de calles y ollas populares, sino que también contaron con el respaldo de sindicatos estatales y universitarios, quienes protestan por despidos y la falta de recursos en sus áreas.
Por: Alfredo Vidal López