En un avance significativo, el Ejército ruso ha tomado control de 235 kilómetros cuadrados de territorio ucraniano en la última semana, con un enfoque particular en la región de Donetsk. Según fuentes de la plataforma ucraniana DeepState, este es el mayor avance registrado en lo que va del año, especialmente en áreas estratégicas como Velika Novosilka y Kurájove.
Los expertos consideran que estos movimientos forman parte de una ofensiva mayor hacia Pokrovsk, una ciudad clave con 60,000 habitantes antes del conflicto.
Las fuerzas rusas han logrado avanzar en Donetsk, también en Járkiv, apuntando a Izium y Kúpiansk, con el objetivo de amenazar centros estratégicos como Kramatorsk y Sloviansk. A pesar de estas victorias, expertos occidentales dudan que puedan superar todas las líneas defensivas antes de que el invierno limite las operaciones. Además, se reporta que el control de ciertas áreas se ha recuperado parcialmente, como en Kursk.
En paralelo, el uso de drones kamikaze por parte de Rusia ha alcanzado cifras récord. En un solo ataque, se lanzaron 188 drones Shahed, de los cuales 76 fueron derribados por defensas aéreas ucranianas y otros 100 desviados gracias a interferencias electrónicas.
Estos drones, fabricados ahora en Rusia, han causado daños significativos en infraestructuras críticas y viviendas civiles. También se utilizaron misiles Iskander-M, que impactaron en objetivos clave.
El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) señala que estos avances buscan agotar las municiones de Ucrania y evaluar sus defensas. A pesar de la intensidad del conflicto, Ucrania continúa neutralizando amenazas con tecnologías avanzadas, mostrando resistencia frente a una ofensiva cada vez más compleja.
Por: Alfredo Vidal