La Unión Europea aprobó este viernes un nuevo paquete de sanciones contra Rusia que reduce el techo del precio del petróleo exportado y afecta a buques, bancos y refinerías internacionales, con posibles repercusiones en el mercado energético global.
Las medidas incluyen una reducción del precio máximo del petróleo ruso a 47,6 dólares por barril, un 15 % por debajo del valor de mercado. Según datos del G7, Rusia obtiene más de 250 millones de dólares diarios por exportaciones de crudo, por lo que esta decisión podría limitar el flujo de ingresos hacia el Kremlin y repercutir en países importadores dependientes. Para Javier Leiva, comerciante de combustibles en Santander, “una caída en el ingreso de petróleo ruso puede aumentar el precio en mercados emergentes como el nuestro; el impacto se siente en cada galón”.
El paquete también sanciona a 70 nuevos buques de la “flota fantasma” —ya suman 419—, a una refinería rusa en India y a dos bancos chinos. Además, prohíbe transacciones vinculadas al gasoducto Nord Stream. Según cifras de la Comisión Europea, estas acciones se suman a las 1.800 medidas restrictivas impuestas desde 2022, que buscan contener la capacidad militar rusa en Ucrania.
Aunque el bloque alcanzó consenso tras ofrecer garantías a Eslovaquia —que temía efectos internos—, la medida podría generar desequilibrios en el abastecimiento de energía en el este europeo. La jefa de la diplomacia comunitaria, Kaja Kallas, declaró en Bruselas: “Cada sanción debilita la capacidad de Rusia para hacer la guerra… Europa no retrocederá”.