Autoridades capturaron a 40 personas en Bogotá que hacían parte de dos organizaciones criminales dedicadas al microtráfico.
Las autoridades propinaron un duro golpe al microtráfico en Bogotá con la desarticulación de dos estructuras delincuenciales conocidas como ‘Los Camerusas’ y ‘Los Yeyos’, que operaban principalmente en entornos escolares, parques y hasta discotecas de la ciudad. En total, 40 personas fueron capturadas, entre ellas 30 hombres y 10 mujeres, y se incautaron estupefacientes, armas de fuego, celulares y dinero en efectivo.
Las capturas se lograron en el marco de la estrategia Operación Bogotá, que durante 11 meses permitió seguir de cerca las actividades de estos grupos. “Este esfuerzo nos lleva a la captura de más de cuarenta personas que estarían dedicadas al tráfico de estupefacientes en nuestra ciudad. Gracias a esta operación logramos precisamente golpear estructuras que se dedican a eso que la Oficina de las Naciones Unidas reportó como uno de los motores de la violencia en el mundo y particularmente en nuestro país”, afirmó el alcalde Carlos Fernando Galán.
‘Los Camerusas’ actuaban en las localidades de Antonio Nariño, Tunjuelito, Ciudad Bolívar, Rafael Uribe y San Cristóbal, con tentáculos que se extendían a municipios como Anapoima, Mesitas del Colegio e incluso hasta Ibagué y Cartagena. Camuflaban su actividad bajo fachadas como fiestas, paseos con perros y entrenamientos al aire libre, donde realizaban transacciones a plena luz del día cerca de instituciones educativas.
En total se ejecutaron 21 allanamientos y se emitieron 18 órdenes de captura. Las autoridades incautaron 25 kilos de marihuana, un arma de fuego y 15 celulares que ahora hacen parte del material probatorio. Entre los principales capturados están alias ‘Andrea’, distribuidora de marihuana y cocaína; ‘Camilo – El Mono’, encargado de la logística; y ‘Poquebolas’, quien distribuía ‘Tusibi’.
El segundo golpe fue contra ‘Los Yeyos’, una banda de al menos 20 integrantes que operaba en San Cristóbal y utilizaba métodos insólitos para esconder la droga: carretillas de limones, bicicletas y hasta un coche de bebé, donde una madre ocultaba alucinógenos debajo de su hija de 9 meses. Sus puntos de venta estaban en parques como La Joyita y Santa Inés, y un casino de la zona. Ambas organizaciones tenían en común el uso de espacios públicos para traficar marihuana, cocaína y ‘Tusibi’, afectando entornos frecuentados por menores de edad.