Entre las historias más populares está la del Chorro de Quevedo, donde se dice que el espíritu de un joven poeta fallecido en un duelo ronda la plaza, además, se rumora la existencia de un tesoro enterrado por los conquistadores españoles, lo que ha despertado la curiosidad de muchos visitantes.Los callejones del barrio y sus laberintos, también alimentan la imaginación con cuentos de duendes y brujas que salen a jugar durante la noche, residentes afirman haber escuchado risas y llantos en las sombras, lo que intensifica el misticismo del lugar.Otra leyenda que captura la atención es la del “Indio Dorado” en la iglesia de San Francisco, solo unos pocos afortunados han logrado ver esta figura tallada en oro macizo, prometiendo buena fortuna a quienes lo presencien.Este emblemático barrio, fundado en 1538, guarda la historia de la capital y ha sido escenario de numerosos mitos. La CAR y entidades turísticas fomentan la preservación de este legado cultural y misterioso.
Por: Evelin Salazar