Este fenómeno ha despertado curiosidad entre los habitantes y visitantes, atraídos por los relatos de tesoros ocultos y fenómenos naturales inexplicables.La serpiente, según la leyenda, conectaba a la Laguna de Yerbabuena con otras lagunas como Ubaque y Chingaza, desatando tormentas y relámpagos a su paso. Los campesinos locales vivían atemorizados por los vientos huracanados y los ruidos que se escuchaban cada noche cuando la criatura emergía.Un incidente especialmente intrigante ocurrió cuando un campesino indígena, tras desacreditar la leyenda, presenció cómo sus bueyes caían en la laguna, transformándose en oro.Esta visión fue presenciada por un viajero, lo que aumentó la fama de la laguna y atrajo a buscadores de riquezas.La búsqueda insaciable de oro provocó que la laguna se secara, dejando solo un pequeño charco. Hoy, el lugar es un vestigio de las leyendas que una vez lo rodearon, y una advertencia sobre las consecuencias de la avaricia humana.La comunidad de Fómeque sigue cuidando este espacio, mientras entidades locales buscan preservar el legado cultural y natural de la región. La historia de la serpiente y los tesoros continúa fascinando a quienes visitan la antigua laguna.
Por: Evelin Salazar