Uno de los bombardeos más intensos desde el inicio de la guerra fue repelido casi en su totalidad por las defensas aéreas ucranianas, mientras la OTAN aumenta la vigilancia en la frontera oriental.
La Fuerza Aérea de Ucrania informó que durante la noche se registró uno de los mayores ataques rusos desde el inicio de la invasión, con el lanzamiento de 479 drones Shahed y 13 misiles de distinto tipo. De acuerdo con el parte oficial, 460 drones fueron neutralizados: 277 destruidos y 183 interferidos electrónicamente. La magnitud del ataque refuerza la preocupación internacional por una posible escalada regional, especialmente tras la reacción inmediata de Polonia.
El ataque incluyó 4 misiles hipersónicos Kinzhal, 10 misiles de crucero Kh-101, 2 misiles Kh-31P, 1 misil Kh-35 y 3 misiles Kh-22 lanzados desde el mar Negro. Todos, con excepción de uno de los Kh-22, fueron interceptados. Pese al éxito defensivo, se confirmaron impactos directos en 10 localizaciones y caída de fragmentos en otras 17, aunque no se han proporcionado detalles sobre víctimas o daños estructurales.
Uno de los objetivos habría sido la región de Rivne, al noroeste del país, cercana a la frontera con Polonia, lo que provocó una reacción inmediata por parte del gobierno polaco. Las fuerzas armadas de Polonia activaron el despliegue de cazas y elevaron la alerta de sus sistemas de defensa aérea. “Aviones polacos y de aliados comenzaron a operar dentro del espacio aéreo polaco por la mañana”, indicó el Estado Mayor de ese país.
El nuevo asalto coincide con una creciente preocupación entre países miembros de la OTAN, que temen una expansión del conflicto en sus fronteras. Mientras tanto, Ucrania refuerza su capacidad de defensa con el apoyo de sistemas Patriot y colaboración internacional, en medio de una guerra que ya supera los tres años de enfrentamientos ininterrumpidos.