Imagina un lugar donde los niños corren entre árboles, las familias ríen al descubrir nuevos animales y la naturaleza se convierte en el mejor salón de clases.
Con más de 20 años de trayectoria, este parque temático ha sido testigo de miles de momentos inolvidables. Más que un destino turístico, FAUNÁTICOS es un universo de aprendizaje, aventura y conexión con la tierra. Un espacio creado para despertar la curiosidad, la empatía y, sobre todo, la alegría de grandes y pequeños.
Sus 84.000 metros cuadrados de áreas verdes son un respiro para los sentidos: caminos de tierra, sonidos del campo, aromas naturales y paisajes que parecen salidos de un cuento. Aquí, cada rincón tiene vida propia. Desde animales que enseñan con su presencia hasta juegos que educan sin que te des cuenta, todo está pensado para hacer del aprendizaje una experiencia divertida y memorable.
Como lo afirma Diego Díaz, administrador de Faunáticos:
“Contamos con más de mil animales en el parque, cada uno con cuidados especiales y adaptados a sus necesidades. Cada área está a cargo de un operario capacitado, lo que garantiza el bienestar de los animales y permite que quienes nos visitan puedan disfrutarlos en todo su esplendor. Nuestro objetivo es ofrecer no solo un gran show, sino también un espacio seguro, educativo y respetuoso tanto para los animales como para el público.”
Pero Faunáticos no solo entretiene: inspira. Cada visita deja una huella, una lección, un recuerdo que perdura. Porque no se trata solo de pasar un buen rato, sino de vivir una aventura significativa.
Y lo mejor de todo: este oasis de magia está más cerca de lo que crees
A tan solo 30 kilómetros de Bogotá se encuentra Tenjo, un municipio que parece detenido en el tiempo. Rodeado por montañas, perfumado por eucaliptos y bañado por un clima templado que acaricia la piel, Tenjo es el escenario perfecto para una escapada inolvidable.
Con su arquitectura colonial, su historia indígena y su naturaleza viva, Tenjo no solo complementa la experiencia de Faunáticos, la enriquece. Caminar por sus calles empedradas, visitar la imponente Iglesia de San Lorenzo Mártir o explorar el Cerro del Majuy convierte cualquier paseo en una aventura cultural y espiritual.