Organismos internacionales se suman a este llamado a la adopción de una política de no violencia, con medidas concretas para erradicar cualquier forma de agresión durante la contienda electoral.
La Defensoría del Pueblo, con el respaldo de la Conferencia Episcopal de Colombia y organismos internacionales como la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia de la OEA (MAPP/OEA) y la Misión de Verificación de la ONU, hicieron un llamado a todos los partidos, movimientos políticos y comités inscriptores de candidaturas a comprometerse con un proceso electoral pacífico y respetuoso de los derechos humanos.
El llamado se centra en nueve compromisos fundamentales, empezando por la defensa de la primacía de la vida. Las organizaciones convocantes instaron a todos los actores políticos a cuidar y respetar la vida, especialmente la de sus adversarios, y a rechazar cualquier forma de violencia contra personas que aspiren a cargos de elección popular.
Otro de los puntos destacados es la adopción de una política de no violencia. Esto implica tomar medidas concretas para erradicar cualquier forma de agresión durante la contienda electoral, incluyendo aquellas dirigidas a personas con ideas opuestas y la violencia basada en género dentro del ámbito político.
Así mismo, se hizo énfasis en la necesidad de respetar las instituciones y las reglas del ordenamiento jurídico vigente. Los actores políticos deben ceñirse a los procedimientos legales establecidos para garantizar la transparencia y legitimidad de todo el proceso electoral.
El compromiso con la democracia también ocupa un lugar central en esta convocatoria. Las entidades instaron a los participantes a defender la democracia como principio esencial, fomentando una cultura de inclusión, respeto al pluralismo y valoración de la diversidad ideológica.
Además, se exhortó a promover un lenguaje político constructivo y a eliminar la estigmatización. Los firmantes deben abstenerse de emitir declaraciones ofensivas o discriminatorias, incluso en redes sociales, y comprometerse con la difusión de información veraz, basando su acción política en el diálogo como herramienta fundamental para el fortalecimiento democrático.
Finalmente, el pacto propone reconocer e incluir a la juventud como actor central en la construcción de la democracia, promoviendo y visibilizando sus expresiones políticas. También se hace un llamado a apoyar y respetar las manifestaciones y protestas pacíficas, comprometiéndose a adoptar medidas activas para garantizar su promoción y protección.