El departamento cuenta con una diversidad geográfica y cultural que lo posiciona como un destino ideal para distintos tipos de turismo.
Desde montañas andinas hasta pueblos coloniales, pasando por paisajes naturales y manifestaciones culturales, esta región invita a los visitantes a vivir experiencias únicas en cada rincón.
Uno de los tipos de turismo más destacados en Cundinamarca es el turismo cultural. Ciudades como Zipaquirá, famosa por su Catedral de Sal, y Guaduas, cuna de la heroína Policarpa Salavarrieta, permiten a los visitantes conectarse con la historia nacional. Los museos, iglesias coloniales y festivales tradicionales reflejan la identidad de los pueblos cundinamarqueses y conservan vivas sus raíces.
También es relevante el turismo de naturaleza o ecoturismo, ya que Cundinamarca cuenta con paisajes montañosos, páramos y ríos que atraen a los amantes del aire libre. Lugares como el Parque Natural Chingaza, la Laguna de Guatavita y el Salto del Tequendama son ideales para caminatas, observación de aves y exploración ambiental. Este tipo de turismo promueve la conservación de la biodiversidad y fomenta la conciencia ambiental.
El turismo de aventura ha ganado terreno en municipios como Tobia, Villeta y Suesca, donde se puede practicar rafting, canopy, escalada en roca, ciclomontañismo y otras actividades extremas. Estas zonas aprovechan su geografía para atraer a turistas jóvenes y deportistas que buscan adrenalina y contacto con la naturaleza en su estado más puro.
Por último, el turismo rural y agroecológico también es una opción destacada. Muchas fincas en Cundinamarca abren sus puertas para mostrar cómo se cultivan productos como el café, la panela o las flores. Esta experiencia permite a los visitantes aprender sobre las prácticas agrícolas tradicionales, apoyar economías locales y disfrutar de la tranquilidad del campo.