Los manifestantes se concentran en la portería principal de la inspección de Mámbita y en el sector conocido como Caverna.
Líderes y habitantes de la inspección de Mámbita, en el municipio de Ubalá, Cundinamarca, iniciaron una protesta permanente como medida de presión frente al incumplimiento de los compromisos adquiridos en 2022 por parte de la empresa Enel y el Gobierno Nacional.
Según la comunidad, a pesar de los acuerdos alcanzados tras una manifestación anterior, las soluciones prometidas no se han materializado, en especial las relacionadas con la mejora y pavimentación de las vías. “Llevamos tres años esperando resultados, pero la situación sigue igual o incluso peor”, manifestó Giovanni Martínez, vocero de los habitantes, quien recalcó que el deterioro vial ha impactado negativamente la movilidad y calidad de vida de los pobladores.
Los líderes locales indican que no hay un compromiso real ni recursos asignados de forma efectiva para cumplir lo pactado. Aunque se realizaron estudios y diseños, las obras aún no han comenzado y varios puntos críticos identificados no han sido intervenidos. La comunidad asegura que ni siquiera se ha avanzado en un 25 % de lo prometido.
Frente a esta situación, la comunidad hace un llamado urgente a las entidades responsables para que instalen una mesa de diálogo que permita avanzar en soluciones concretas. Aseguran que la movilización no busca generar caos, sino exigir el respeto por los acuerdos firmados y garantizar una respuesta efectiva a las necesidades del territorio.
“Mámbita no quiere volver a molestar, pero es necesario alzar la voz. No nos cumplieron como debían y sentimos que el esfuerzo institucional ha sido insuficiente”, concluyó Martínez, dejando claro que la protesta se mantendrá de forma indefinida hasta obtener respuestas claras y compromisos verificables.