Dos serpientes de gran tamaño fueron vistas por residentes de un conjunto en La Mesa, generando inquietud y movilización de autoridades ambientales ante el riesgo que representa su presencia en zonas habitadas del departamento.
La tranquilidad del condominio Atalaya, ubicado en el municipio de La Mesa, Cundinamarca, se vio alterada tras el avistamiento de dos boas constrictoras desplazándose por la zona boscosa cercana al conjunto residencial. Las serpientes, que pueden alcanzar hasta tres metros de largo, fueron observadas y fotografiadas por los vecinos mientras se deslizaban por las cercas del lugar, generando asombro y alerta entre los habitantes.
Estos reptiles, conocidos por su método de caza basado en la constricción, se alimentan de roedores, aves e incluso pequeños mamíferos. Aunque no son venenosas, su fuerza y tamaño pueden impresionar, especialmente en zonas habitadas. Las boas son animales ampliamente distribuidos en América Latina, adaptándose a distintos ecosistemas, como bosques, sabanas y áreas agrícolas.
Su aparición en zonas residenciales pone de manifiesto cómo el crecimiento urbano invade hábitats naturales, obligando a las especies silvestres a buscar nuevos territorios. Además, la creciente popularidad de estas serpientes como mascotas exóticas ha alimentado el comercio ilegal, lo que representa una amenaza tanto para la biodiversidad como para la seguridad de las comunidades.
Según expertos, las boas constrictoras suelen refugiarse en árboles o madrigueras, y cuentan con la capacidad de camuflarse según el entorno. El ciclo reproductivo de esta especie también es particular, ya que las crías nacen vivas, listas para valerse por sí mismas y enfrentar depredadores como halcones o águilas.
Este evento es un llamado a la conciencia ambiental y al respeto por la fauna silvestre. Autoridades y especialistas recomiendan no atacar ni capturar a estos animales, sino informar a las autoridades ambientales competentes para que puedan ser reubicados de forma segura. Educar a la comunidad sobre cómo interactuar adecuadamente con estos seres es clave para mantener una relación armónica con la naturaleza.