A dos horas de Bogotá, en el municipio de Granada, Cundinamarca, se encuentra Varsana Eco Aldea, un espacio que combina espiritualidad, sostenibilidad y cultura hindú, atrayendo a visitantes nacionales y extranjeros en busca de paz interior y conexión con la naturaleza.
Entre montañas verdes y caminos rurales, Varsana Eco Aldea se consolida como uno de los destinos de turismo espiritual más singulares de Cundinamarca. Inspirado en la milenaria tradición hindú, este santuario promueve el equilibrio entre cuerpo, mente y entorno natural.
Diseñada bajo principios ecológicos, la eco aldea cuenta con templos, jardines con esculturas de deidades y construcciones elaboradas con materiales sostenibles. Su arquitectura y filosofía buscan reconectar a las personas con lo esencial, en un ambiente donde prima el silencio, la introspección y la armonía con la tierra.
Las actividades incluyen clases de yoga, caminatas conscientes, talleres de agricultura orgánica y espacios de meditación colectiva. Estas experiencias buscan fomentar un turismo transformador, alejado del consumo y enfocado en el bienestar integral.
“En Varsana promovemos el turismo de tranquilidad, donde la experiencia no se mide por lo que se consume, sino por lo que se transforma dentro de cada persona”, explicó Ernesto Sánchez Toro, director de Comunicaciones y Eventos de Varsana Eco Aldea – Yoga Village.
La filosofía del lugar se basa en el respeto por todos los seres vivos, siguiendo la cosmovisión hindú. El vegetarianismo, las prácticas devocionales y la vida en comunidad son pilares de este proyecto que atrae tanto a viajeros colombianos como extranjeros interesados en una forma de vida consciente.
Más que un destino turístico, Varsana es una experiencia de aprendizaje y conexión espiritual. En un contexto marcado por el estrés urbano y la desconexión emocional, esta eco aldea en Granada ofrece una alternativa real para quienes buscan descanso, equilibrio y un reencuentro con la esencia de la vida.