Las intensas lluvias en el oriente de Cuba obligaron a evacuar a más de 18.000 personas. Se registraron deslaves, ríos desbordados, cortes eléctricos y comunidades incomunicadas en Santiago, Guantánamo y Granma.
Las autoridades cubanas informaron que la depresión tropical que se convirtió en tormenta Imelda durante el domingo dejó un saldo preliminar de más de 18.000 evacuados en el oriente de la isla. Los mayores impactos se registraron en las provincias de Santiago de Cuba, Guantánamo y Granma, donde se suspendieron las clases y se activaron refugios.
En Guantánamo, el poblado de Paraguay quedó incomunicado por los escurrimientos de agua desde zonas montañosas, mientras que en la localidad de Hatibonico se registraron más de 500 milímetros de lluvia en 48 horas. En Santiago, varias comunidades de Baconao también permanecen aisladas, y se reportaron derrumbes parciales de viviendas.
La empresa de aprovechamiento hidráulico de Santiago de Cuba informó que las lluvias incrementaron en 8,2 millones de metros cúbicos el volumen de agua en los 16 embalses de la provincia, que atravesaba una prolongada sequía. No obstante, las precipitaciones también causaron deslizamientos de tierra, caída de árboles y cortes de energía en diferentes zonas.
El Instituto de Meteorología de Cuba (Insmet) advirtió que las precipitaciones se mantendrán durante las próximas 24 horas debido a la amplia circulación de la tormenta y a la entrada de humedad desde el Caribe. Equipos de Defensa Civil trabajan en la atención a las familias evacuadas y en la rehabilitación de los servicios básicos.
En la temporada ciclónica de 2024, Cuba ya había sufrido el impacto de dos huracanes: Óscar, de categoría 1, que dejó ocho muertos y más de 12.000 viviendas afectadas en Guantánamo, y Rafael, de categoría 3, que provocó el colapso del sistema eléctrico nacional en el occidente de la isla.