Cundinamarca dio inicio a la temporada decembrina con cuatro rutas navideñas que recorren distintos municipios del departamento y algunos puntos de Boyacá. La estrategia, enfocada en turismo cultural y familiar, combina alumbrados, gastronomía, patrimonio y actividades tradicionales para dinamizar la economía local durante las noches de Navidad.
Este año, la apuesta turística del departamento se amplió con trayectos que conectan varias provincias y que, en algunos casos, se extienden hacia municipios del vecino departamento de Boyacá. La iniciativa busca descentralizar la oferta turística y distribuir los flujos de visitantes en distintos territorios.
La Ruta Navideña de Ubaté, denominada “Luces y colores del Altiplano Cundiboyacense”, recorre municipios como Tausa, Sutatausa, Cucunubá, Susa, Fúquene, Ubaté, Guachetá y Simijaca. En este circuito, la arquitectura colonial, los paisajes montañosos y las noches frías se combinan con pesebres artesanales, ferias creativas y muestras gastronómicas que resaltan la tradición del norte del departamento.
En paralelo, la Ruta Navideña Sabana Centro, llamada “Oficios, Sabores y Saberes”, integra once municipios: Cajicá, Chía, Cogua, Cota, Gachancipá, Nemocón, Sopó, Tabio, Tenjo, Tocancipá y Zipaquirá. El recorrido incluye lugares emblemáticos como la Estación del Tren, el Embalse del Neusa, la Mina de Sal de Nemocón, el Jardín Botánico de Tabio y la Catedral de Sal, consolidando una oferta que mezcla turismo cultural, naturaleza y gastronomía.
En la provincia de Almeidas, la Ruta Turística Navideña propone un recorrido por Machetá, Tibirita y Manta. El trayecto inicia en el cementerio indígena de Machetá, continúa en el parque principal de Tibirita y culmina en las calles iluminadas de Manta, donde las actividades familiares y los pesebres tradicionales refuerzan la identidad cultural de la región.
Por su parte, la Ruta Navideña Sabana de Occidente conecta escenarios como el Parque Las Aguas de Mosquera, el Parque Pedro Fernández de Madrid, el Centro Cultural Bacatá en Funza y el Parque Arqueológico Piedras del Tunjo en Facatativá. Cada punto integra historia, arte y programación cultural en un ambiente festivo.








