El alcalde de Bojacá aseguró que no permitirá que el municipio se convierta en el “patio trasero” ni en el “basurero de Cundinamarca” y confió en que el Consejo de Estado mantenga su respaldo al rechazar la instalación de un nuevo relleno sanitario en la zona.
El tema ha generado gran inquietud en la comunidad, pues desde hace más de tres años se adelanta una resistencia organizada frente al proyecto. Habitantes, líderes sociales y autoridades locales han señalado riesgos significativos: la contaminación de fuentes hídricas, la afectación de suelos de vocación agrícola, el deterioro paisajístico y el posible incremento de problemas de salud pública asociados a la acumulación de desechos. Según estimaciones oficiales, Bojacá cuenta con una población cercana a los 12.000 habitantes, de los cuales el 40 % vive en áreas rurales, directamente expuestas a las consecuencias ambientales y sociales de un relleno sanitario.
El alcalde fue enfático en que, de producirse un fallo contrario a la defensa de Bojacá, convocará a un bloque de resistencia ciudadana integrado por exalcaldes, líderes comunales y organizaciones sociales para enfrentar la decisión. “No vamos a permitir que Bojacá siga siendo el patio trasero ni el basurero de Cundinamarca”, declaró con firmeza.
La controversia trasciende los límites municipales. De acuerdo con organizaciones ambientales, la instalación de un basurero en Praderas del Antelio podría impactar también a municipios vecinos de la provincia de Sabana Occidente, donde habitan más de 50.000 personas. El tránsito de vehículos de carga, el riesgo de filtraciones en quebradas y ríos y la presión sobre el ecosistema son algunas de las preocupaciones que se han expuesto en diferentes escenarios.
En el último año, la Administración Municipal ha realizado cuatro encuentros comunitarios con más de 600 participantes, en los que se han socializado las acciones jurídicas emprendidas y se ha explicado a la ciudadanía el estado del proceso. Asimismo, se han interpuesto seis demandas y recursos legales en diferentes instancias para evitar que prospere la iniciativa de la empresa promotora.
El debate también ha abierto la discusión sobre el modelo de gestión de residuos en el departamento. Cundinamarca produce en promedio 7.000 toneladas de basura al día y la falta de alternativas sostenibles ha llevado a presiones sobre varios municipios para que se conviertan en receptores de rellenos sanitarios. Este panorama ha incrementado la resistencia ciudadana y ha motivado llamados a las autoridades nacionales para fortalecer las políticas de reciclaje, reducción de desechos y aprovechamiento energético.
En Bojacá, la defensa del territorio se ha convertido en una bandera de unidad comunitaria. Organizaciones juveniles, colectivos ambientales y líderes comunales han realizado en los últimos tres años más de 20 jornadas de movilización y pedagogía, que incluyen marchas pacíficas, plantones y campañas informativas en redes sociales. Estas acciones han buscado no solo detener el proyecto, sino también visibilizar el impacto que tendría sobre la vida de cientos de familias campesinas.
Mientras el Consejo de Estado estudia la acción de tutela interpuesta, la comunidad permanece expectante. Para muchos habitantes, la decisión definirá el futuro de Praderas del Antelio y marcará un precedente sobre la forma en que se equilibran los intereses de las empresas privadas con la protección de los territorios locales.