A un año de la intervención de la Nueva EPS por parte del Gobierno Nacional, aumentan las denuncias por desabastecimiento de medicamentos.
Hace un año la Superintendencia Nacional de Salud intervino a la Nueva EPS, la entidad prestadora del servicio de salud más grande del país, hasta la fecha se desconoce el estado financiero de la compañía y la atención a sus afiliados. Por el contrario, aumentan las quejas por demoras en los servicios médicos, fallas en la entrega de medicamentos y la negativa de algunos hospitales a seguir atendiendo por falta de pago.
Con 11,6 millones de usuarios, la Nueva EPS es la entidad de la que más personas dependen en Colombia para acceder al sistema de salud. Desde su intervención, la EPS ha tenido tres agentes interventores distintos, lo que ha generado inestabilidad y poca claridad sobre los avances en su recuperación.
La situación ha golpeado especialmente a clínicas y hospitales públicos en departamentos como Antioquia y Valle del Cauca, que han cerrado sus puertas a pacientes de la Nueva EPS ante la acumulación de deudas y la falta de respuesta de la entidad. Mientras tanto, los usuarios denuncian largas esperas, citas aplazadas y desabastecimiento de medicamentos.
La EPS, que cuenta con participación estatal y ha sido designada para recibir a usuarios de otras entidades liquidadas, enfrenta una presión adicional por la sobrecarga del sistema. Sin embargo, no ha entregado reportes financieros que permitan evaluar su viabilidad ni ha ofrecido declaraciones públicas sobre la situación actual.
Frente a las inquietudes, la Nueva EPS ha señalado que su agente interventor —quien también es vocero de la Superintendencia— no está disponible para entrevistas, lo que incrementa la incertidumbre entre los usuarios y las instituciones de salud.
Este aniversario de la intervención se da en medio del debate nacional por la reforma a la salud propuesta por el gobierno del presidente Gustavo Petro, que enfrenta críticas desde diversos sectores. Para millones de colombianos, la situación de la Nueva EPS es hoy un reflejo de la crisis estructural del sistema de salud en Colombia.