De estos, 4.918 casos corresponden a conexiones directas no autorizadas, mientras que 9.835 implican manipulaciones en las instalaciones y medidores para evitar el registro adecuado del consumo.Las localidades más afectadas por este fenómeno incluyen Kennedy, Soacha y Usme, donde predios comerciales, industriales y residenciales han sido los principales responsables.En el caso de Cundinamarca, los municipios de Mosquera, Cucunubá y Girardot lideran las estadísticas de hurto de energía.Enel estima que la cantidad de energía robada sería suficiente para cubrir el consumo mínimo vital de casi 150.000 hogares durante un mes.Cataldo, gerente de Distribución de Enel Colombia, destacó que el hurto de energía compromete la estabilidad del servicio y pone en riesgo la seguridad de los usuarios.
Por: Dana Correal