Este oscuro periodo dejó aproximadamente 8.500 víctimas, convirtiendo a Viotá en uno de los municipios más afectados por el conflicto armado en la región.Ahora, en un esfuerzo por sanar sus heridas, Viotá apuesta por la construcción de paz, el tejido social y el desarrollo productivo.“El café ha sido positivo, ha dado mucho”, señala Óscar Hernán Quiroga, alcalde del municipio, refiriéndose a la entrega de tierras a los campesinos, quienes han encontrado en este cultivo una nueva fuente de esperanza. Sin embargo, la tarea de reconstruir Viotá no es solo económica, la memoria y la reparación también ocupan un lugar central en el proceso de reconciliación.Un ejemplo de esta transición es el trabajo liderado por José del Carmen Viracachá, firmante de paz y líder de la asociación Asotourhepaz. “Donde estábamos con el grupo armado, hoy en día es el sendero de la paz, la hemos convertido en algo muy bonito”, afirma. El Sendero Cerro del Cardenal, que en el pasado fue un corredor de guerra, es ahora un espacio para la reflexión y el turismo.Pese a estos avances, el alcalde Quiroga resalta la necesidad de más apoyo por parte del Estado para fortalecer los proyectos productivos de las familias en proceso de reincorporación. “Más o menos 32 familias que se encuentran en el municipio trabajando por esos temas, pero hace falta un proceso de mayor apoyo en proyectos productivos”, advierte.Hoy, Viotá se mira al espejo de su historia con orgullo por lo que ha superado, pero con la mirada fija en un futuro que promete ser diferente, un futuro donde, como dice su alcalde, “nuestros hijos serán los llamados a abrazar la paz”.
Por: Melisa Munárriz