Horas después de imponer una sorpresiva ley marcial que desató protestas y condenas generalizadas, el presidente surcoreano Yoon Suk-yeol anunció su revocación, enfrentando ahora una moción de destitución impulsada por el Parlamento. Esta medida, que otorgaba amplios poderes a las fuerzas armadas, fue justificada por el mandatario como un intento de proteger el orden constitucional ante supuestas amenazas pronorcoreanas, pero generó una crisis política sin precedentes en el país.
El decreto fue recibido con rechazo inmediato tanto por la oposición como por líderes del oficialismo. El Parlamento, controlado por la oposición, bloqueó la medida en una votación de emergencia. A pesar de ello, efectivos militares se desplegaron en el edificio legislativo y sus alrededores, lo que provocó enfrentamientos con manifestantes que exigían el fin de la ley marcial. Finalmente, Yoon anunció en un mensaje televisado su intención de revertir la medida, lo que calmó parcialmente las tensiones en las calles, pero no frenó el proceso de moción en su contra.
Desde abril, cuando la oposición obtuvo una contundente victoria electoral, el gobierno de Yoon ha enfrentado múltiples obstáculos para aprobar sus iniciativas. La crisis política se ha agravado con escándalos de corrupción, incluyendo señalamientos contra la primera dama. Esta situación, sumada a la reciente imposición de la ley marcial, ha dejado a Yoon aislado políticamente y con niveles de aprobación en declive.
Por: Alfredo Vidal