Millones de fieles en el mundo recibieron con dolor la noticia del fallecimiento del Papa Francisco, líder espiritual de la Iglesia Católica, quien partió a la casa del Padre dejando un legado de humildad, servicio y compromiso con la reconciliación.
Desde Bogotá, la Arquidiócesis expresó su pesar mediante una rueda de prensa en la que destacó su cercanía con América Latina y su amor por Colombia, país que visitó en 2017 con un mensaje esperanzador que hoy resuena con más fuerza que nunca. “Elevamos nuestras oraciones por su alma y agradecemos su entrega pastoral”, expresó el arzobispo de Bogotá.
La visita del Papa Francisco a Bogotá, el 7 de septiembre de 2017, quedó grabada en la memoria de millones de fieles. Ese día, celebró una misa multitudinaria en el Parque Simón Bolívar, donde invitó a los colombianos a ser “constructores de la paz, promotores de la vida”. Más tarde, desde el tradicional balcón del Palacio Cardenalicio, pronunció las palabras: “¡La paz con ustedes!”, demostrando su cercanía con un pueblo marcado por décadas de conflicto armado, pero lleno de esperanza y fe. “Vengo a aprender de ustedes, de su fortaleza ante la adversidad”, dijo en ese entonces, dejando una huella imborrable.
Durante su pontificado, el Papa Francisco siempre se mostró comprometido con los procesos de reconciliación en el mundo. Su voz fue firme al denunciar la guerra, la violencia y la injusticia, y siempre alentó el diálogo como camino de transformación. En Colombia, su mensaje de no resignarse al dolor, de creer en la posibilidad del perdón y de reconstruir desde el amor, sigue vigente. Hoy, en medio del luto, esos mensajes cobran aún más valor, recordándonos que su legado espiritual no muere, sino que inspira a las nuevas generaciones.
En honor a su memoria, la Iglesia en Colombia ha organizado tres días de oración y reflexión. Desde hoy y hasta el miércoles, se celebrará una misa al mediodía en la Catedral Primada de Bogotá, abierta a todos los fieles. Estas ceremonias buscan no solo rendir homenaje al Santo Padre, sino también recordar sus palabras de esperanza, consuelo y fe, en un país que aún transita los caminos de la paz y la justicia social.
Colombia, como nación profundamente marcada por su paso, reafirma su compromiso con los valores que el Papa Francisco defendió hasta su último suspiro. Su amor por los más pobres, su firme defensa de la dignidad humana y su constante llamado a cuidar la “casa común” permanecerán como guía espiritual para un pueblo que sigue creyendo en el poder transformador de la fe.