Un enfrentamiento en el Parlamento serbio durante la votación de una reforma educativa dejó tres legisladores heridos, uno de gravedad. La sesión, que trataba cambios en la Ley de Educación Superior, derivó en caos por protestas, bengalas y bombas de humo.
La tensión aumentó cuando legisladores opositores acusaron al gobierno de intentar aprobar reformas sin legitimidad, ya que el primer ministro Milos Vučević presentó su dimisión el 28 de enero. Exigieron suspender la votación y disolver el Parlamento, argumentando que un gobierno en transición no debía impulsar cambios estructurales. En respuesta, parlamentarios oficialistas intentaron continuar con la sesión, lo que desató enfrentamientos físicos y un ambiente caótico en el recinto.
El detonante del conflicto fue la aprobación de una agenda legislativa de 62 puntos, que incluía enmiendas a la Ley de Educación Superior. Estas reformas fueron impulsadas en respuesta a las protestas estudiantiles que sacuden el país desde noviembre de 2024, tras el colapso de un refugio en la estación de tren de Novi Sad, que dejó varios muertos y heridos. A pesar de la urgencia de mejorar la infraestructura educativa, la oposición criticó que la propuesta fuera tramitada por un gobierno saliente.
En medio del caos, las fuerzas de seguridad ingresaron al Parlamento para contener la situación y evacuar a los legisladores afectados. Videos de los disturbios muestran el hemiciclo cubierto de humo, mientras algunos parlamentarios se protegían con pañuelos y otros intentaban resguardarse del lanzamiento de objetos. Varios congresistas fueron atendidos por servicios médicos debido a la inhalación de gases y los golpes sufridos durante el enfrentamiento.
La presidenta del Parlamento, Ana Brnabić, condenó los hechos y responsabilizó a la oposición, calificándolos de “actos de sabotaje y terrorismo político”. Aseguró que la agenda legislativa seguirá adelante pese a los disturbios y reafirmó que el Parlamento “no se dejará intimidar por la violencia”. Por su parte, líderes opositores denunciaron el uso de la fuerza policial dentro del recinto y reiteraron su llamado a elecciones anticipadas.
Este episodio agrava la inestabilidad política en Serbia, donde las protestas ciudadanas y los enfrentamientos entre oficialismo y oposición han intensificado la crisis de gobernabilidad. Mientras la comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos, las autoridades serbias deberán definir los próximos pasos para restaurar el orden y responder a las demandas de reforma educativa que han avivado la tensión en el país.