Beijing endurece su postura ante las nuevas sanciones de Washington y responde con aranceles, controles comerciales y un aumento en su gasto militar.
China ha elevado la tensión con Estados Unidos tras la reciente decisión de la administración Trump de duplicar los aranceles a productos chinos; como respuesta, Beijing ha impuesto gravámenes adicionales del 10 % y 15 % a importaciones clave desde EE. UU., además de incluir a empresas estadounidenses en su lista de entidades poco confiables y reforzar el control sobre exportaciones estratégicas. “Estamos listos para luchar hasta el final si EE. UU. desea una guerra, ya sea comercial o de cualquier otro tipo”, declaró la representación diplomática china en Washington.
Esta advertencia se suma a la decisión de China de incrementar su gasto en defensa por tercer año consecutivo, con un aumento del 7,2%, rechazando la propuesta de EE. UU. de reducir los presupuestos militares globales.
El gobierno también ha calificado como “excusa”, la justificación de Donald Trump para endurecer las medidas económicas, acusando a Pekín de no frenar el tráfico de fentanilo hacia América del Norte. En respuesta, el Ejecutivo chino ha presentado un llamado “libro blanco” en el que defiende sus esfuerzos en la lucha contra esta sustancia y resalta su cooperación con Washington.
En el ámbito tecnológico y comercial, China ha reafirmado su estrategia de autosuficiencia, destacando que la producción de alta tecnología sigue creciendo pese a las sanciones. Con avances en inteligencia artificial, biomedicina y fabricación de vehículos eléctricos, la potencia asiática busca reducir su dependencia de EE. UU. y contrarrestar las restricciones impuestas. Por otro lado, el ministro de Comercio, Wang Wentao, advirtió que China está preparada para enfrentar cualquier desafío y que “la coerción y las amenazas no funcionarán”. A medida que la Asamblea Nacional Popular avanza en sus discusiones, la comunidad internacional observa de cerca cómo esta escalada de tensiones podría afectar el comercio global y la estabilidad económica.