La neutralización del armamento forma parte del cumplimiento del Acuerdo N.º 12, que regula la entrega, custodia y verificación del material de guerra como uno de los puntos iniciales del proceso de diálogo.
De ese total, 3,8 toneladas ya fueron destruidas en una operación controlada en el corregimiento de Piñuña, aproximadamente a 40 minutos de Puerto Asís, con supervisión de la Fuerza Pública y presencia de veedores internacionales.
El material destruido incluye 190 granadas, cerca de 15.000 cartuchos, suficiente ANFO (explosivo industrial) para fabricar hasta 12.000 minas antipersona, además de municiones, explosivos caseros y otros artefactos.
El Gobierno informó que este arsenal pertenecía a estructuras de la CNEB, como los Comandos de la Frontera y la Coordinadora Guerrillera del Pacífico, formaciones que se escindieron de la Segunda Marquetalia a finales de 2024. Según la delegación gubernamental, la destrucción de estas armas busca reducir el riesgo de violencia armada y proteger la vida de más de 165.000 personas que habitan en las zonas rurales de Putumayo y Nariño.
Armando Novoa, jefe de la delegación del Gobierno, explicó que esta acción no representa el cierre del proceso, sino un punto de partida para consolidar la denominada “Paz Total”. Añadió que, en una fase inicial, 60 integrantes de las estructuras serán ubicados en Zonas de Ubicación Temporal (ZUT) en cada departamento, para un total de 120 personas sin armas ni uniformes.
Asimismo, se proyecta que el 50 % de las estructuras de la CNEB estén concentradas en estas zonas hacia marzo del próximo año, si el proceso avanza con estabilidad.
El acto se realizó en cumplimiento del Acuerdo N.º 12, que regula la entrega, verificación, custodia y destrucción del armamento, e incluye la participación de veedurías nacionales e internacionales, como la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia (MAPP-OEA). Para garantizar la seguridad durante las operaciones, se decretaron suspensiones microfocalizadas de acciones militares y policiales en un área de aproximadamente 25 km² alrededor de los sitios de destrucción.
El proceso ha enfrentado dificultades previas: en septiembre, dos militares fueron atacados en Putumayo mientras participaban en la destrucción de laboratorios ilícitos, lo que generó tensiones en la mesa de diálogo. Además, alias “Araña”, comandante de los Comandos de la Frontera, fue detenido en medio de las rondas negociadoras por una orden de extradición, hecho que generó cuestionamientos sobre la continuidad del proceso.