El despliegue de la Guardia Nacional en Los Ángeles y las marchas frente a oficinas del ICE en Nueva York y otras ciudades reavivan el debate sobre el uso de la fuerza en asuntos civiles.
Las imágenes transmitidas muestran bloqueos, enfrentamientos y uso de gases lacrimógenos frente a sedes gubernamentales. El gobernador de California, Gavin Newsom, criticó el despliegue afirmando: “Esto es teatro, locura y anticonstitucional. El presidente creó un falso conflicto donde no lo había”.
En Nueva York, 86 personas fueron detenidas frente al edificio del ICE en la Plaza Federal. Las marchas también se extendieron a ciudades como Seattle, San Antonio, Austin y Chicago, donde agrupaciones de migrantes y sindicatos organizaron movilizaciones pacíficas. Según las autoridades, más de 1.800 manifestaciones simultáneas están planeadas hasta el viernes en rechazo a la operación federal de deportaciones.
Uno de los manifestantes en Manhattan declaró ante las cámaras de CNN: “No somos criminales, somos trabajadores, familias. Esto es represión contra la esperanza”.
La situación continúa en desarrollo. Mientras líderes locales acusan una ruptura del orden constitucional, desde la Casa Blanca se insiste en que los operativos buscan “restaurar el control de las fronteras”. El próximo 14 de junio, una movilización nacional podría marcar un nuevo capítulo en esta confrontación entre derechos civiles y autoridad federal.