Las lluvias no han dado tregua este año y ya dejan 275 emergencias en distintos puntos del departamento, especialmente en zonas rurales y de difícil acceso, donde los deslizamientos han bloqueado caminos y afectado viviendas.
Entre enero y junio, las lluvias provocaron emergencias en 80 municipios de 15 provincias de Cundinamarca, concentrando los mayores impactos en Gualivá y Rionegro donde municipios como Villeta, Yacopí y Caparrapí han sufrido daños constantes por acumulación de agua y colapso de taludes.
En mayo se vivió el punto más crítico, con 67 emergencias registradas. Las precipitaciones generaron pérdidas en cultivos, cortes de energía y restricciones en la movilidad de habitantes que dependen de caminos veredales.
En junio, el foco se trasladó al oriente del territorio, con 35 eventos en 21 municipios. Las lluvias afectaron principalmente a Cáqueza, Fómeque, Guayabetal y La Calera, dejando dificultades de acceso y servicios interrumpidos.
Los primeros seis días de julio sumaron 22 nuevas emergencias en zonas como Gutiérrez y Guayabetal, donde las comunidades aún se recuperan de los daños anteriores. Se mantienen alertas por nuevas crecientes súbitas y deslizamientos.
Las acciones de respuesta han sido promovidas por los comités municipales de gestión del riesgo, que coordinan maquinaria y brigadas de apoyo. Estas medidas buscan salvaguardar a más de 100.000 personas que viven en áreas con mayor exposición al clima.