La estrategia articula sostenibilidad, productividad y alianzas entre regiones, en el marco del III Congreso Nacional de Industriales de la Madera, celebrado en Medellín.
Cundinamarca dio un paso firme en su agenda ambiental con la firma de un acuerdo de voluntades que busca proteger los ecosistemas estratégicos del país y fortalecer una cadena forestal legal, trazable y sostenible. La alianza fue suscrita entre la Secretaría de Bienestar Verde, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) y Fedemaderas, y marca un hito en la relación entre productividad y conservación.
“Más que un documento, este pacto es una apuesta por la vida de los bosques y por una industria responsable”, destacó Diego Leandro Cárdenas Chala, secretario de Bienestar Verde. La delegación cundinamarquesa, que incluyó empresarios y productores de los Núcleos de Desarrollo Forestal de la Amazonía y la Orinoquía, compartió experiencias y modelos sostenibles durante el Tour Forestal en Antioquia y participó en la I Macrorrueda de Bioeconomía, donde se gestaron alianzas clave con enfoque circular, acuerdos comunitarios y compromisos de largo plazo.
El gobernador Jorge Emilio Rey Ángel subrayó la magnitud del desafío. “En Cundinamarca y Bogotá se consume cerca del 40 % de la madera usada en Colombia. De ese volumen, se estima que entre el 45 % y el 54 % proviene de fuentes ilegales”, advirtió en su cuenta de X. Y agregó: “Esto no solo representa una amenaza ambiental, también agrava fenómenos como la sequía, afecta la agricultura y pone en riesgo el equilibrio de nuestros ecosistemas”.
En #Cundinamarca y Bogotá se consume cerca del 40 % de la madera que se utiliza en Colombia para la construcción, la industria de la carpintería y el embalaje de productos. De ese volumen, se estima que entre el 45 % y el 54 % proviene de fuentes ilegales, es decir, madera… pic.twitter.com/hQI8EkwVlW
— Jorge Emilio Rey Ángel (@JorgeEmilioRey) June 14, 2025
La iniciativa se conecta directamente con los compromisos adquiridos en la COP16, y busca armonizar normas entre regiones, garantizar trazabilidad, estabilizar precios, reducir la intermediación y cerrar brechas entre quienes cultivan, transforman y comercializan madera en Colombia. Para ello, también se refuerzan los controles con herramientas como el Libro de Operaciones Forestales en Línea y operativos conjuntos con la Policía Ambiental, con el fin de frenar el tráfico ilegal de madera que afecta zonas como la Amazonía, Guainía y Caquetá.
Con esta hoja de ruta, Cundinamarca se consolida como un actor central en la transición hacia una economía forestal responsable, donde el desarrollo y la biodiversidad no estén en conflicto, sino en alianza.