Cada 1 de octubre se conmemora el Día Internacional del Café, una fecha que reconoce la importancia de una de las bebidas más consumidas en el mundo y su impacto económico, social, cultural y ambiental.
Esta conmemoración reconoce a quienes integran la cadena de valor, desde los cultivadores hasta los baristas, y al mismo tiempo promueve el consumo responsable y las prácticas sostenibles que fortalecen las economías locales.
En Colombia, hablar de café es hablar de identidad. En este panorama, Cundinamarca se posiciona como un referente de calidad y tradición. Su geografía privilegiada, la altitud ideal y condiciones climáticas únicas permiten el cultivo de granos con características sensoriales excepcionales que conquistan paladares dentro y fuera del país.
“La caficultura en Cundinamarca es una tradición viva que representa identidad, trabajo y orgullo para nuestras comunidades. Cada taza cuenta una historia de esfuerzo y pasión”, destacó Néstor Javier Robayo, director ejecutivo de la Federación de Cafeteros de Cundinamarca.
Uno de los íconos del turismo cafetero en la región es la Hacienda Coloma, en Fusagasugá, que a través de experiencias como el Coffee Tour, Rum Experience, gastronomía típica, hospedaje rural y espacios fotográficos, conecta al visitante con la esencia del café colombiano.
“Cundinamarca produce café de calidad y ofrece experiencias que enriquecen el alma. Su turismo cafetero es un puente entre el origen del grano y quienes lo disfrutan en el mundo”, afirmó Viviana Toledo Orozco, directora ejecutiva del Fondo Cultural Cafetero.