Aunque la magia fue satanizada con la expansión del cristianismo, ha perdurado, adaptándose a través de los siglos y manteniendo su esencia en diversas culturas, incluida Colombia.A lo largo de los siglos, la magia ha sido una constante en la historia humana, inicialmente vista como una herramienta poderosa para resolver problemas imposibles. Desde curar enfermedades hasta controlar la naturaleza, su influencia fue aceptada hasta la expansión del cristianismo, que la condenó como algo oscuro y demoníaco.El proceso de satanización fue gradual. En los primeros siglos del cristianismo, la magia coexistía con la religión, pero con el tiempo, la Iglesia la percibió como una amenaza. Durante la Edad Media y el Renacimiento, las cazas de brujas y la Inquisición persiguieron a curanderos y hechiceros, figuras antes respetadas.A pesar de la represión, la magia sobrevivió. En zonas rurales, estas prácticas se transmitían en secreto, ofreciendo soluciones donde la medicina o la religión fallaban. En Colombia, la magia perdura gracias a la transmisión oral y la enseñanza clandestina.Aún hoy, sigue conectada con la naturaleza y el conocimiento ancestral, evolucionando sin perder su esencia. Este legado oculto, a pesar de haber sido satanizado, ha mostrado su capacidad para resistir siglos de opresión y sigue siendo una fuente de sabiduría alternativa para abordar lo inexplicable.
Por: Evelin Salazar