Los productores de arroz continúan en paro a nivel nacional. Los bloqueos en las carreteras persisten y generan impactos en sectores clave como el transporte y la alimentación.
El paro arrocero en Colombia sigue sin una solución clara. Tras varios días de protestas y bloqueos en departamentos como Tolima, Huila y Meta, el diálogo entre el gremio y el Gobierno no ha logrado avances significativos. La administración de Gustavo Petro propuso $10.000 millones de pesos para mitigar la crisis, cifra que los arroceros consideran insuficiente para compensar la caída del precio de la carga de arroz.
José Luis Quiroga, viceministro de Desarrollo Rural, explicó que se están evaluando alternativas para aumentar los recursos destinados al sector, pero advirtió que existen limitaciones presupuestales. También insistió en que el problema no es solo coyuntural, sino estructural, ya que la caída en los precios podría repetirse en el futuro si no se toman medidas a largo plazo. “Si no atendemos los problemas de fondo, en seis meses o un año estaremos en la misma situación”, afirmó.
“Nosotros advertimos al Ministerio (de Agricultura) desde enero sobre la crisis que se venía. Salimos a las vías para que nos escuchen y podamos llegar a un acuerdo real sobre el precio de la carga”, aseguró Carlos Alberto Rojas, vocero de los arroceros. Además, destacó que el paro también busca soluciones a problemas estructurales como las importaciones, el contrabando y el acceso a semillas de calidad.
Cundinamarca no reporta bloqueos por cuenta de los arroceros, sin embargo, se prevén efectos indirectos debido a su proximidad a las áreas afectadas y a la importancia del arroz en la dieta nacional. Además, sectores como la avicultura y la ganadería podrían verse afectados debido a la dependencia del arroz en la alimentación animal. La incertidumbre crece, y mientras el paro persiste, la economía regional empieza a sentir los efectos de la crisis arrocera.