La decisión abre la puerta a millonarias inversiones en infraestructura, energía y tecnología, pero también plantea retos frente a la relación con Estados Unidos, su principal socio comercial.
Colombia dio un giro estratégico en su política internacional al firmar su adhesión a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el megaproyecto global impulsado por China que busca conectar comercialmente a Asia con el resto del mundo mediante grandes inversiones en infraestructura y tecnología. El acuerdo fue firmado por la canciller Laura Sarabia en un acto oficial celebrado en Pekín, con la presencia del presidente Gustavo Petro y su homólogo chino, Xi Jinping.
La iniciativa posiciona a Colombia como el país número 141 en sumarse al programa y lo alinea con más de 20 países latinoamericanos que ya participan, según confirmó la agencia Reuters. Los ejes del convenio incluyen cooperación en transición energética, desarrollo agroindustrial, salud, infraestructura física y digital, e inteligencia artificial.
Durante la ceremonia, Petro calificó la firma como “un cambio de rumbo histórico” y destacó que el acuerdo permitirá reducir el déficit comercial de 14.000 millones de dólares que Colombia mantiene con China. A su vez, hizo énfasis en que la relación se proyecta con libertad y en condiciones de igualdad, con una mirada puesta en el desarrollo del Litoral Pacífico colombiano, una de las regiones más marginadas del país.
Por su parte, Xi Jinping celebró la decisión del gobierno colombiano y exhortó a elevar la calidad de la cooperación bilateral. En el marco del acuerdo, China anunció una línea de crédito por 9.200 millones de dólares para América Latina y el Caribe, con el fin de impulsar proyectos de desarrollo y fortalecer la infraestructura estratégica en los países firmantes.
Sin embargo, la adhesión no ha estado exenta de críticas. La Cámara de Comercio Colombo Americana expresó su preocupación sobre el impacto que esta decisión podría tener en la relación con Estados Unidos. Además, empresarios del sector tecnológico y agrícola pidieron claridad en los términos del acuerdo y garantías para que no se comprometan intereses nacionales sensibles.
Este paso ubica a Colombia en el centro de una reconfiguración geopolítica, entre su tradicional alianza con Washington y un creciente acercamiento a Pekín. Las autoridades colombianas aseguran que se trata de una estrategia de diversificación, mientras analistas internacionales advierten sobre los riesgos de depender de financiamiento externo con condiciones poco transparentes.