El municipio se convierte en un escenario ideal para quienes desean dar sus primeros pasos en el avistamiento de aves.
Con una riqueza natural que combina zonas urbanas, rurales y áreas en conservación, este territorio ofrece un recorrido guiado pensado especialmente para principiantes, donde se pueden observar especies endémicas y migratorias en su hábitat natural. La experiencia permite desarrollar habilidades de observación y sensibilidad ambiental, acompañados de expertos locales que comparten saberes y técnicas básicas.
El recorrido no se limita al avistamiento; se extiende hacia la conexión profunda con la naturaleza a través del “Baño de Bosque”, una práctica japonesa que invita a caminar en silencio por senderos naturales, activando los sentidos y disminuyendo el estrés. Esta actividad se complementa con un taller de artesanía inspirado en las aves observadas, donde los asistentes pueden crear recuerdos únicos con materiales sostenibles, promoviendo el arte y la educación ambiental.
Como parte del compromiso con el entorno, el recorrido incluye una jornada de siembra de árboles nativos, fortaleciendo los corredores ecológicos del municipio y aportando a la conservación de las especies. Esta actividad práctica conecta a los participantes con la tierra y con el legado natural que se busca proteger, fomentando el sentido de pertenencia y responsabilidad ecológica.
El cierre de la jornada se realiza con un refrigerio ancestral, preparado con ingredientes autóctonos y recetas tradicionales, que evocan el sabor y la memoria del territorio muisca. De esta manera, el avistamiento de aves en Chía se transforma en una experiencia integral que une naturaleza, cultura y sostenibilidad, pensada para despertar la curiosidad y el compromiso de nuevos observadores con el mundo alado que habita entre nosotros.