La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) alertó a la ciudadanía sobre el reciente hurto de una cámara trampa instalada en el corredor biológico de la cuenca del río Negro, al norte del departamento.
El hecho fue denunciado ante la Fiscalía General de la Nación, pues el dispositivo había registrado imágenes que podrían ser clave para identificar a los responsables.
El hurto ocurrió en el sector del nacimiento de la quebrada La Tigra, donde desconocidos talaron el árbol en el que la cámara estaba asegurada.
Este acto vandálico representa no únicamente una pérdida económica, sino también una grave afectación al monitoreo de fauna silvestre, que forma parte de las estrategias de conservación ambiental lideradas por la CAR. La entidad ha instalado 26 cámaras trampa en puntos estratégicos del Distrito Regional de Manejo Integrado – DRMI, ubicadas cerca de ríos y quebradas claves para la biodiversidad de la región.
Estas cámaras son herramientas esenciales para estudiar especies como el jaguar, el puma, el ocelote y otras, ya que operan mediante sensores de movimiento que registran imágenes o videos del paso de animales. La información obtenida permite a los expertos analizar patrones de comportamiento, distribución y abundancia, fundamentales para diseñar estrategias efectivas de conservación de los ecosistemas.
El director de Ordenamiento Ambiental de la CAR, Yoagen Díaz Fontecha, recalcó que estos dispositivos no tienen valor en el mercado negro, ya que solo funcionan integrados a un software especializado de monitoreo. “Su hurto no solo perjudica el trabajo científico y técnico, sino que pone en riesgo los avances logrados en la protección de especies clave”, señaló el funcionario, quien además pidió la colaboración de la ciudadanía para denunciar cualquier anomalía.
La CAR invitó a las comunidades que habitan o transitan por zonas protegidas a no manipular ni intervenir las cámaras trampa.