La firma de estos acuerdos se llevó a cabo en los municipios de Sesquilé, Guatavita, Guasca, La Calera y Fómeque, en áreas de influencia del Páramo de Chingaza y del Embalse de Tominé, zonas clave para el abastecimiento de agua del centro del país.
La iniciativa hace parte del proyecto Incentivos a la Conservación, liderado por la Gobernación de Cundinamarca en alianza con la Alcaldía Mayor de Bogotá. El proyecto cuenta con la participación del fondo de agua Alianza BioCuenca y el respaldo de organizaciones como la Fundación Santo Domingo y la Corporación Agua Somos.
Desde su implementación, hace cerca de tres años, la estrategia ha permitido una inversión superior a los 5.700 millones de pesos, impactando directamente más de 3.700 hectáreas destinadas a la protección y gestión del recurso hídrico. Durante la ejecución del programa se han desarrollado acciones como la protección de nacimientos de agua, la conservación de bosques, procesos de restauración ecológica con especies nativas y la instalación de infraestructura básica en zonas rurales, entre ellas bebederos, tanques de almacenamiento y sistemas sépticos.
Estas intervenciones se complementan con el fortalecimiento de actividades productivas sostenibles, orientadas a mejorar las condiciones de vida de las comunidades beneficiarias. Los acuerdos están estructurados bajo esquemas de Pagos por Servicios Ambientales (PSA), mediante los cuales se reconocen las labores de conservación con incentivos técnicos, financieros y en especie.
En total, 106 familias propietarias de 116 predios, equivalentes a 3.706 hectáreas, fueron vinculadas al proceso, con una inversión cercana a los 1.700 millones de pesos. Desde la administración departamental se destacó que estos acuerdos consolidan la corresponsabilidad entre instituciones y comunidades, y aportan de manera significativa a la conservación del agua, la biodiversidad y el bienestar rural en Cundinamarca.








