Al menos 20 palestinos murieron este sábado en bombardeos israelíes en Gaza, según autoridades sanitarias, que denunciaron violaciones al frágil alto el fuego pactado en octubre. Israel aseguró que actuó en respuesta al ataque de un “combatiente armado”.
La Franja de Gaza vivió este sábado una nueva jornada de violencia pese al acuerdo de alto el fuego firmado hace seis semanas. Según fuentes sanitarias locales, una serie de ataques israelíes en zonas del centro y norte del enclave dejó al menos 20 muertos y más de 80 heridos. Los hechos ocurrieron en un contexto de creciente tensión, mientras Hamás y el Gobierno israelí se acusan mutuamente de incumplir los compromisos alcanzados en la tregua.
El primer bombardeo tuvo lugar en el barrio de Rimal, en la ciudad de Gaza, donde un vehículo fue impactado por un proyectil, causando la muerte de cinco personas. Médicos y testigos señalaron que aún no está claro si las víctimas viajaban dentro del automóvil o si eran civiles que se encontraban en las inmediaciones. Minutos después, dos viviendas en Deir al-Balah y en el campamento de Nuseirat fueron atacadas, elevando el número de fallecidos y dejando severos daños en áreas densamente pobladas.
Horas más tarde, un nuevo ataque aéreo contra una vivienda en el oeste de Gaza volvió a aumentar el número de víctimas. El Ejército israelí confirmó que abrió fuego luego de que un “terrorista armado” cruzara la línea amarilla —la zona donde las tropas se replegaron tras iniciarse la tregua— y disparara contra soldados en el sur del enclave.
Hamás rechazó esa versión y afirmó que Israel recurre a “acusaciones sin fundamento” para justificar operaciones que, según el grupo, modifican la línea de retirada establecida y obligan a miles de familias a desplazarse nuevamente hacia zonas inseguras. También pidió a los mediadores internacionales intervenir y exigió a Estados Unidos cumplir los compromisos asumidos para sostener la tregua.
La ONU advirtió esta semana que la violencia no ha disminuido a pesar del acuerdo firmado en octubre. Desde entonces, autoridades palestinas reportan al menos 316 muertos por ataques israelíes, mientras que Unicef ha documentado la muerte de 67 niños en incidentes relacionados con el conflicto. La situación humanitaria continúa deteriorándose, con miles de familias regresando a viviendas destruidas y servicios básicos colapsados en gran parte del territorio.








