A tan solo 45 minutos de Bogotá, Cajicá invita a descubrir la Ruta de la Lana y las Artesanías, un circuito artesanal donde el telar cobra vida y el sabor de la tradición endulza el recorrido.
En el corazón de la Sabana Centro, el municipio de Cajicá es más que un punto en el mapa. A apenas 30 minutos desde el Terminal del Norte, por la Autopista Norte, el paisaje urbano se va diluyendo en una transición hacia lo auténtico: un lugar donde la lana, la madera, el barro y el vidrio se transforman en piezas únicas gracias a las manos de sus artesanos.
Aquí, el tiempo se mide en hilos. En esta ruta, conocida como “La Ruta de la Lana y las Artesanías”, el visitante se adentra en un circuito de talleres donde ruanas, bufandas, sacos, guantes y cobijas nacen de telares que aún conservan la esencia del trabajo manual. Cada puntada cuenta una historia; cada tejido es el eco de una tradición que se resiste a desaparecer.
El recorrido no se limita al arte del telar. Cestería, cerámica, madera tallada y vidrio soplado también forman parte del colorido paisaje artesanal. Los artesanos, muchos de ellos formados en la estación del tren, hoy patrimonio cultural material del municipio, abren sus puertas para mostrar los secretos detrás de sus oficios. Esta estación no es solo un punto de paso: es un centro vivo de aprendizaje y exposición, donde los visitantes pueden observar, preguntar e incluso participar en la creación de una pieza artesanal.
Y, como si el viaje no fuese lo suficientemente encantador, el gusto también encuentra su espacio en esta travesía. En los alrededores del parque de la estación, el aroma del café recién hecho se mezcla con el dulce olor de las milhojas, almojábanas, galletas caseras, tortas y mermeladas que se ofrecen en galleterías locales. Algunas de estas delicias están rellenas de chocolate y frutas frescas, elaboradas artesanalmente para endulzar cada parada del recorrido.