En los últimos cinco años, la CAR ha impuesto 46 sanciones por tráfico de animales, con multas que oscilan entre 400 mil y más de cinco millones de pesos.
La tenencia de animales silvestres como mascotas sigue siendo una práctica que afecta gravemente la biodiversidad. Aunque algunas personas lo hacen por desconocimiento o con la intención de “cuidarlos”, la realidad es que al sacarlos de su hábitat natural se rompe el equilibrio del ecosistema, se pone en riesgo su vida y se infringe la ley.
La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) ha venido reforzando su estrategia para combatir esta problemática, recordando a la comunidad que capturar, tener, mover o vender fauna silvestre está prohibido y puede traer sanciones económicas y penales.
Entre los animales más afectados se encuentran aves como el loro frente azul, el loro frente amarillo y distintas especies de guacamayas, además, reptiles como la tortuga morrocoy. Estas especies están protegidas por leyes nacionales e internacionales, y tenerlas sin autorización constituye un delito ambiental.
Las sanciones se basan en la Ley 1333 de 2009, modificada por la Ley 2387 de 2024, que permite imponer multas de hasta cien mil salarios mínimos. También se aplican normas como la Ley 2111 de 2021, que establece penas de cárcel de hasta once años por delitos contra la fauna, así como otras disposiciones vigentes que buscan proteger la vida silvestre.
La corporación invita a todos los ciudadanos a cuidar los animales silvestres en libertad, que habitan en los bosques, la selva o los humedales. Además, la entidad tiene a disposición la línea 316 524 4031 para que las personas reporten casos de tenencia o comercio ilegal de fauna silvestre en el departamento.