Con arte y participación comunitaria, la Plaza de Mercado se llenó de color durante el Concurso de Murales, donde 12 artistas locales retrataron la identidad campesina y la memoria colectiva.
Durante casi un mes, la Plaza de Mercado de Madrid fue el lienzo vivo de una iniciativa artística sin precedentes, que combinó creatividad, memoria y participación ciudadana. Doce talentosos muralistas dedicaron su tiempo, esfuerzo y sensibilidad a intervenir los muros del recinto, generando un diálogo visual con las raíces campesinas, los oficios tradicionales y la esperanza de un futuro próspero.
El pasado sábado 21 de junio, la comunidad se reunió en torno a la votación final del concurso, donde los asistentes eligieron sus murales favoritos, reconociendo el valor del arte como medio para contar historias propias.
El mural ganador, “Entre Juegos y Sueños, Creciendo en Huertos Madrileños”, del artista Miguel Ángel Sierra Sierra, se llevó el primer lugar por su impecable técnica y potente narrativa. La obra muestra a un niño campesino jugando con un tractor en un entorno fantástico, donde los elementos agrícolas y naturales se entrelazan con la inocencia de la infancia. Un canal de riego que simboliza la Bocatoma de San Patricio atraviesa la escena, evocando la importancia del agua y la tierra como fuentes de vida.
El segundo lugar fue para Carlos Montoya, ilustrador y diseñador gráfico, quien rindió homenaje a una mujer comerciante con años de trayectoria en la plaza. Su mural captura la esencia del trabajo silencioso pero vital que realizan quienes sostienen el mercado con su esfuerzo diario. La obra es una exaltación al papel de la mujer en la economía popular y en la construcción del tejido social.
En tercer lugar, el artista Neider Escobar García presentó “Nuestra Tierra, Nuestra Alegría”, una pieza colorida y emotiva que celebra el papel del campesino como sembrador de vida. Una mujer sonriente, frutas frescas, flores, mariposas y un colibrí narran visualmente la conexión entre el trabajo rural y la esperanza. El mensaje central, “De nuestras manos campesinas nace la vida, el alimento y la esperanza”, resume el espíritu de la obra.
“Este concurso no solo embellece nuestra Plaza de Mercado, sino que también fortalece el sentido de pertenencia y reconoce el legado campesino que nos identifica como madrileños”, expresó un portavoz de la Administración Municipal.
La jornada también fue un espacio de encuentro entre generaciones, donde niños, jóvenes y adultos participaron con entusiasmo en la votación, convirtiendo la actividad en una auténtica celebración comunitaria.