Autoridades de Pasca, Cundinamarca, implementan jornadas pedagógicas en colegios para prevenir el abuso infantil y el microtráfico, con apoyo de la Gobernación y el ICBF.
La protección de la niñez y adolescencia es una prioridad en el municipio de Pasca, Cundinamarca. Por ello, en un trabajo articulado entre la administración municipal, las instituciones educativas y la Gobernación de Cundinamarca, se están desarrollando estrategias de prevención del abuso infantil y el microtráfico dirigidas a las comunidades educativas de las instituciones Adolfo León Gómez y Normal Superior.
Estas jornadas pedagógicas y de intervención buscan alertar y detectar posibles riesgos, y además fortalecer los entornos escolares como espacios seguros y libres de violencias. Con talleres, charlas y campañas de sensibilización, se abordan temas como el reconocimiento de señales de abuso, rutas de atención, autocuidado, y los riesgos del consumo y la comercialización de sustancias psicoactivas.
De acuerdo con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), en 2023 se reportaron más de 26.000 casos de presunto abuso sexual contra menores de edad en el país, siendo el entorno cercano, incluyendo escuelas y hogares, el lugar más frecuente de ocurrencia. En cuanto al microtráfico, cifras del Ministerio de Justicia señalan que más del 70 % de los casos de consumo en jóvenes comienzan antes de los 18 años, por lo cual la prevención en los colegios resulta clave.
“Proteger nuestro presente y futuro significa actuar hoy. Queremos que nuestros niños y jóvenes crezcan en ambientes sanos, informados y protegidos”, expresó un vocero de la administración municipal durante una de las jornadas en la institución Normal Superior.
Estas acciones cuentan con el respaldo técnico y logístico de la Gobernación de Cundinamarca, que promueve un enfoque integral, preventivo y comunitario para romper los ciclos de violencia, abuso y drogadicción que amenazan el bienestar de la infancia y la juventud en los territorios.
Pasca continúa demostrando que, con voluntad política y trabajo articulado, es posible construir entornos escolares que garanticen derechos, promuevan la convivencia y abran caminos hacia un desarrollo más humano y seguro para las nuevas generaciones.