Lo que te espera no es una caminata más ni un paseo turístico cualquiera. Es una invitación a pausar, sentir y recordar.
Según las fuentes ancestrales del Resguardo Indígena Mhuysqa, la palabra Güeba también puede significar forastero, visitante, el que viene a aprender. Así que, si estás listo para dejar de lado el celular y reconectar con lo esencial, acompáñanos en esta experiencia única desde el corazón de Sesquilé.
La aventura comienza en el parque principal del municipio, a las 9:00 a.m., donde nos reuniremos para iniciar un recorrido que asciende hasta los 3.200 metros sobre el nivel del mar. A pesar del frío (la temperatura oscila entre 6 y 12 °C), la calidez de la cultura Mhuysqa te va a derretir el alma. Caminaremos por la Calle de los Murales, una galería al aire libre llena de símbolos ancestrales, antes de ingresar al territorio sagrado del Resguardo. Esta no es una caminata más, es un viaje hacia otra manera de ver el mundo.
Ya en el Resguardo, el Sendero del Agua nos conecta con la sabiduría de la naturaleza. Visitamos las cucas (espacios de sanación), casas ceremoniales, un temazcal y el Qusmuy (la Casa Mayor), donde se comparte el fuego, la palabra y el silencio con el mismo respeto. Aquí no vienes a escuchar, vienes a sentir. A través del pagamento, se cierran ciclos y se abren nuevos caminos. Es una pausa profunda y necesaria, una invitación a ponerle intención a tu vida.
Pero esto no es solo misticismo: también es arte, manos que enseñan y saberes que se entretejen. En el taller de tejido ancestral podrás crear tu propio souvenir espiritual, guiado por los sabios del Resguardo. Olvídate del llaverito de siempre: aquí te llevas algo hecho con propósito y conexión. Y no te preocupes, el nivel de dificultad es bajo, así que lo único que necesitas es abrir la mente y el corazón.
Así que ya sabes, antes de planear tu próxima escapada por Cundinamarca, pregúntate si estás listo para ser un verdadero Güeba. No de esos que se pierden en el camino, sino uno de los que se encuentran. La cultura indígena no está en los libros, está viva, está aquí, esperándote en Sesquilé.