La emergencia ocurrió en la noche del Sábado Santo en el conjunto Peña Azul Aldea, en Ricaurte, Cundinamarca.
Una intoxicación masiva por cloro se presentó en la noche del pasado Sábado Santo, 19 de abril, en el conjunto residencial vacacional Peña Azul Aldea, ubicado en el municipio de Ricaurte, Cundinamarca. La emergencia, que activó de inmediato a los organismos de socorro, dejó un saldo de 17 personas afectadas, entre ellas varios menores de edad.
Según el capitán Álvaro Farfán, delegado departamental de los Bomberos de Cundinamarca, el incidente fue causado presuntamente por la “mala manipulación y mezcla de cloro” por parte del encargado de la piscina del conjunto, lo que generó una reacción química que produjo una explosión y una nube tóxica que se dispersó por el ambiente, afectando a quienes se encontraban en la zona.
El cuerpo de bomberos atendió a los afectados en el lugar y posteriormente trasladó a 10 personas a centros médicos en Girardot.
El gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, informó que entre los remitidos se encuentran una niña de 8 años, un niño de 10 años y una mujer de 21 años, quienes sufrieron dificultades respiratorias a causa del gas. Estas tres personas fueron llevadas a la Clínica Junical, donde permanecen estables bajo observación. Los otros siete pacientes, entre ellos cinco adultos (tres hombres y dos mujeres) y dos niñas, fueron remitidos a la Clínica de Especialistas, donde también están siendo monitoreados y se encuentran estables. Gracias a la rápida reacción de los Bomberos de Cundinamarca y demás entidades de emergencia, la situación fue controlada.
Sin embargo, las autoridades siguen monitoreando la salud de los afectados y mantienen vigilancia constante sobre los más de 1.000 residentes del conjunto para evitar nuevas complicaciones. Como medida preventiva, se recomienda a la ciudadanía evitar el contacto con productos químicos sin las debidas precauciones y, en caso de exposición al cloro, buscar atención médica inmediata.
La Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU. advierte que, si el producto entra en contacto con ojos o piel, debe enjuagarse con abundante agua por al menos 15 minutos. Si se inhala el gas, la persona debe ser llevada a un lugar con aire fresco.