Suesca, un pequeño municipio ubicado a tan solo una hora y quince minutos de Bogotá, es el destino perfecto para quienes buscan una experiencia única de aventura y conexión con la naturaleza.
Famoso por su impresionante paisaje rocoso, Suesca es el destino ideal para quienes nunca han practicado escalada. Las rutas para principiantes utilizan la técnica de escalada yoyo, un sistema de polea que permite descansar en cualquier momento, suspendido como en un columpio. Este método hace que la experiencia sea segura y accesible. Además, el acceso a las rocas es muy cercano, a solo cinco minutos a pie desde los parqueaderos.
Más allá de la escalada, Suesca ofrece un viaje cultural que conecta a los visitantes con su pasado precolombino. Para los pueblos indígenas, las cuevas eran sitios sagrados, considerados el vientre de la tierra, espacios de meditación y limpieza espiritual. Hoy, siguen siendo un punto de encuentro con la naturaleza y la historia.
La experiencia inicia con una caminata de dificultad media a través de tres veredas del municipio. Al llegar a la caverna La Chocuencia, los participantes recorren 200 metros sorteando obstáculos mientras intentan mantenerse secos. Más que un reto físico, este recorrido invita a la reflexión en un entorno lleno de historia y misticismo.
Suesca también cuenta con rutas de senderismo para todos los niveles. Los más aventureros pueden optar por caminatas exigentes, como la del Cerro de las Tres Viejas, un trayecto de 8 km que desafía cuerpo y mente. Para quienes prefieren un recorrido más tranquilo, el Farallón de Roca o la ruta panorámica ofrecen vistas espectaculares y la oportunidad de explorar su biodiversidad. En cada sendero, la flora y fauna local enriquecen la experiencia, en un paisaje con más de 488 años de historia.
La oferta de actividades no termina en la montaña. El avistamiento de lechuzas Tyto alba es una de las experiencias más fascinantes del lugar. En una excursión especial, los participantes navegan en pontón por el río Bogotá, recorriendo el cañón en un ambiente de silencio y naturaleza.
La posibilidad de ver sobrevolar a estas aves nocturnas añade un toque mágico al recorrido. A solo 15 minutos del casco urbano, esta actividad se realiza por la única vía rural pavimentada del sector, lo que facilita el acceso a este rincón natural.