Viktor Wallström, vicepresidente senior y jefe de comunicaciones de la compañía, aseguró que cuentan con todas las licencias y permisos necesarios para la exportación de estos aviones, los cuales reemplazarían la flota de Kfir de la Fuerza Aeroespacial Colombiana (FAC).
El proceso de adquisición, que ha generado debate en el país, implicaría una inversión de aproximadamente 2.000 millones de dólares y requeriría la aprobación de un documento CONPES para su financiación. Según fuentes del Ministerio de Defensa, la compra se haría en bloques, dependiendo de la disponibilidad de recursos y la necesidad operativa de la FAC. No obstante, se ha planteado que el país tendría que recurrir al endeudamiento para concretar la transacción.
La elección de los Gripen sobre otras opciones, como los aviones F-16 de fabricación estadounidense, se debe a que la oferta sueca se ajusta mejor a los requerimientos estratégicos y operacionales de Colombia. Además, al tratarse de una compra a un país miembro de la OTAN, se garantiza la disponibilidad de soporte técnico y repuestos, evitando problemas en la operatividad a largo plazo.
Con la finalización del proceso de evaluación, se espera que en las próximas semanas el gobierno colombiano haga oficial su decisión sobre la compra. Mientras tanto, la discusión sobre la financiación y la capacidad del país para asumir el costo de la modernización de su flota militar continúa abierta.