La CAR pudo comprobar la ausencia de un sistema de tratamiento de aguas adecuado, lo que convierte el vertimiento en una actividad ilegal.
Un matadero clandestino que operaba sin permisos ambientales fue intervenido y cerrado por la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) en la vereda Soagá del municipio de Ubaté, tras descubrirse que vertía aguas residuales directamente al suelo, afectando cerca de 1.800 metros cuadrados de terreno.
Durante una inspección técnica, los equipos jurídicos y ambientales de la CAR detectaron que el establecimiento sacrificaba bovinos sin ningún tipo de tratamiento previo de las aguas residuales, lo que representa una amenaza directa al recurso suelo y un riesgo sanitario para la comunidad.
Los técnicos encontraron condiciones alarmantes: sangre derramada sobre el suelo, materia orgánica en descomposición, presencia de moscas y fuertes olores, evidencias de una operación ilegal y carente de normas mínimas de salubridad.
Además, se hallaron cuatro reses adultas en pleno proceso de desposte, canales colgadas listas para ser distribuidas, y recipientes plásticos y metálicos usados para almacenar carne y vísceras. Según las estimaciones, en el lugar se sacrificaban entre 8 y 10 animales por semana.
“La ausencia de un sistema adecuado para el manejo de aguas residuales convierte esta actividad en ilegal y ambientalmente peligrosa”, señaló Julio César Sierra León, director regional Ubaté de la CAR. Añadió que estos operativos continuarán con el objetivo de frenar actividades clandestinas que atentan contra el ambiente y la salud pública.
El operativo se llevó a cabo en articulación con la Subdirección de Vigilancia en Salud Pública de la Secretaría de Salud de Cundinamarca. Las autoridades reiteraron el llamado a la ciudadanía para que denuncie cualquier actividad que ponga en riesgo el equilibrio ambiental y el bienestar de la población.