La acción se desarrolló en el municipio de Villeta, donde fue capturado el individuo responsable del transporte de estos reptiles, que tenían como destino final la ciudad de Medellín.
Durante la operación, realizada en un bus de transporte intermunicipal proveniente de Bogotá, se encontraron dos serpientes de matiz amarillo originarias de Costa Rica y una tercera de color verde proveniente del continente africano. Según las autoridades, se trataba de una negociación ilegal entre particulares que pretendían comercializar los animales como mascotas exóticas a cambio de una suma considerable de dinero.
El director encargado de la regional Gualivá de la CAR, Ronald Prieto, señaló que “aunque estas serpientes no pertenecen a nuestros ecosistemas, es nuestro deber asegurar su manejo adecuado y evitar que representen un riesgo para la biodiversidad local. No pueden ser consideradas mascotas en ninguna circunstancia”. Asimismo, reiteró el compromiso institucional con el control y la vigilancia ambiental.
Los ejemplares fueron trasladados de inmediato por personal especializado a un serpentario autorizado, donde reciben atención profesional acorde con su peligrosidad y necesidades biológicas. Su permanencia en este espacio permitirá su conservación y evitará cualquier tipo de impacto negativo sobre la fauna nativa del país.
La CAR recordó que el tráfico ilegal de fauna silvestre es un delito ambiental grave, considerado el tercer comercio ilegal más lucrativo a nivel mundial después de las drogas y las armas.