La pelea escaló hasta incluir amenazas económicas, acusaciones personales y un fuerte impacto en la bolsa de valores.
La ruptura entre el expresidente Donald Trump y el empresario Elon Musk quedó consumada este jueves, luego de una serie de declaraciones cruzadas que revelaron el deterioro total de su relación política y empresarial. El distanciamiento comenzó la semana pasada, cuando Musk criticó duramente el megaproyecto presupuestario promovido por Trump, generando la furia del exmandatario.
Desde su red Truth Social, Trump acusó a Musk de haberse “vuelto loco” y anunció que una de las formas más efectivas de reducir el déficit fiscal sería eliminar todos los subsidios y contratos gubernamentales con empresas del magnate. “Miles de millones de dólares se ahorrarían”, escribió. Musk respondió desde su plataforma X con un escueto “cualquier cosa”, dando inicio a una cadena de ataques mutuos.
El dueño de Tesla y SpaceX fue más allá al afirmar que Trump “habría perdido las elecciones” sin su respaldo financiero en 2024, en el que aportó cerca de 300 millones de dólares. Luego lanzó una acusación directa al mencionar que el nombre del presidente figura en documentos del caso Jeffrey Epstein. La Casa Blanca reaccionó calificando los señalamientos como “lamentables” y carentes de sustento.
En paralelo, Musk anunció que SpaceX comenzará a desmantelar su nave Dragon, utilizada por la NASA para enviar astronautas a la Estación Espacial Internacional. Las tensiones se trasladaron al mercado: Tesla perdió más del 14% de su valor en Wall Street, lo que significó una caída de decenas de miles de millones de dólares. Expertos advierten que la ruptura podría afectar seriamente las relaciones entre el sector privado y el Gobierno federal en áreas clave como la transición energética y la exploración espacial.