La medida, que entrará en vigor el 9 de junio, ha generado críticas por su impacto en comunidades migrantes y por las acusaciones de discriminación.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó el 4 de junio de 2025 una orden ejecutiva que prohíbe completamente la entrada de ciudadanos de 12 países y restringe parcialmente la de otros siete, entre ellos Cuba y Venezuela.
En un video difundido por la Casa Blanca, Trump justificó la decisión citando preocupaciones de seguridad nacional y un reciente ataque en Boulder, Colorado, perpetrado por un ciudadano egipcio con visa vencida. Aunque Egipto no figura en la lista de países afectados, el mandatario afirmó:
“No permitiremos que lo que ha pasado en Europa ocurra en Estados Unidos”.
La prohibición total de entrada aplica a ciudadanos de Afganistán, Birmania, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen. Las restricciones parciales afectan a nacionales de Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela, limitando la emisión de visas de turismo, estudio y residencia permanente.
El gobierno venezolano reaccionó señalando que “estar en Estados Unidos es un gran riesgo para cualquier persona, no solo para los venezolanos”, según declaraciones del ministro de Interior, Diosdado Cabello.
Organizaciones de derechos humanos, como Amnistía Internacional, calificaron la medida de “discriminatoria, racista y francamente cruel”.
La orden ejecutiva contempla excepciones para residentes permanentes, atletas que participen en eventos deportivos internacionales y personas con visas válidas emitidas antes del 9 de junio. Sin embargo, se anticipan desafíos legales y protestas por parte de comunidades afectadas y defensores de los derechos de los migrantes.